Cristina

"Yo vivo en Conchillas hace 50 años y hace tres años falleció mi esposo. Desde entonces me aboqué a todo esto. El dolor es tremendo, lo extraño muchísimo, pero trato de integrarme. Creo que lo mejor que se puede hacer en estas situaciones es ayudar: ayudar al prójimo, al que necesita. ¡Sino estás esperando la carroza!"

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"Mi esposo fue mi único novio. A los 21 años me casé y a los 25 años tuve a mi hijo. Tuvimos un matrimonio muy feliz y siempre fuimos muy compañeros. Tengo dos nietos adolescentes que me acompañan en todo. Siempre tuvimos coche y yo nunca manejé. Cuando falleció mi esposo dije 'o lo vendo o aprendo'. ¡Fui a una academia y aprendí! Es una gran independencia para mí, porque ya no puedo depender de mi hijo que tiene su propia familia. Así que ahora donde me necesitan, estoy. Hago un esfuerzo por integrarme y no quedarme encerrada. Porque la verdad es que si no salís, tampoco reparás lo que perdiste.

Organizar los Concursos de Mesas de Té me ha hecho mucho bien. Somos muy compañeras las tres y es un hermoso grupo humano. Cuando empezamos a organizar los concursos ni nosotras sabíamos qué estábamos haciendo. Pero nos arriesgamos y jamás pensamos que iba a ser un éxito total como lo fue. La primera vez se presentaron 12 mesas. ¡Todas con una vajilla impresionante! Después de ahí Conchillas ganó el proyecto de pueblo turístico y fuimos a Montevideo con una mesa ganadora que se mostró en el stand de un shopping. Y todos los años nos desbordamos pero seguimos porque nos encanta. ¡Nos sentimos tan felices de ayudar!

En estos años, además de organizar los concursos, también aproveché para viajar: fui a Colombia, al sur a conocer el Perito Moreno, a las cataratas de Iguazú con amigas... ¡Todos lugares maravillosos! Estoy muy contenta que pude darme estos gustos. Durante mucho tiempo cociné para otros y creo que la clave para cocinar es el amor. ¡No hago nada sin amor! Y creo que por eso nada me pesa...

Me acuerdo cuando una chica que trabajaba para Montes del Plata se fue a vivir a Canadá. Ella estaba embarazada y yo quería hacerle unos zapatitos para el bebé. Y la gente joven me decía '¡no, eso no se usa más!'. Finalmente los hicimos igual: un gorrito, unos zapatitos y una bufandita, todo tejido a mano para su bebé. Yo sé que hoy en día le ponen jean, pero eso no se debe perder. Lo que uno le hace con amor para un bebé le da tanta ternura. Así fue que esa chica nos bautizó 'las abuelas postizas'. Y sé que capaz que es cursilería de nosotras, pero las cosas que uno hace con tanto amor no deberían perderse. ¡Es importantísimo!"



Mercedes

"Cuando era joven estuve en grupos de Juventud Agraria Católica y recuerdo que me encantaba estar en contacto con la gente. Un joven en el campo en aquella época -te estoy hablando de 55 años atrás- no tenía salida...."

Raquel

"Yo siempre viví en el campo. No fue algo que rechacé, al contrario, me gusta mucho más la vida de campo que la vida de ciudad. Con mi esposo nos conocimos en una fiesta de la Juventud Agraria Católica..."