LEONARDO

"Todo mi pasaje escolar fue en una escuela rural cercana a Miguelete. Hice el liceo en Cardona y, cuando estaba finalizando, decidí estudiar magisterio. En la escuela rural donde yo fui había una maestra que se llama Nelda. Fue una persona que me marcó muchísimo por su forma de ser y cómo trabajaba. Siempre me llamó la atención su vocación y creo que, si bien todavía no consideraba la docencia como profesión, había algo que me decía 'tenés que ser como esa maestra'. Trabajé durante 18 años en escuelas rurales y luego me trasladé a la escuela urbana de Miguelete donde soy director.

Mi trabajo tiene grandes alegrías. Si bien no siempre es fácil, hay muchas recompensas. Es muy lindo ver que está tu mano en los niños -que a veces tienen muchísimas dificultades para culminar el ciclo escolar-.

El proyecto Tendiendo Puentes surgió a partir de un problema que detectamos a nivel escolar. Había algunos casos con problemas importantes en los primeros años de escuela y, al analizarlo, nos dimos cuenta de que había un fuerte componente familiar que estaba dificultando su aprendizaje. Se estaba dando principalmente en los primeros años de vinculación con la escuela y eso nos preocupaba mucho. A su vez, justo coincidía con que algunos de estos niños y sus familias recién se estaban insertando en la ciudad.

Enseguida surgió la inquietud de cómo ayudar y solucionar ese problema. Como director de la escuela, lo trasladé a la Comisión de Fomento y también se involucró el liceo local y el baby fútbol de Miguelete. Empezó un período de reuniones en las que surgieron muchas ideas. Poco a poco las fuimos aterrizando y llevando a la acción. Así fue que presentamos a Montes del Plata el proyecto que tiene por objetivo brindar a los niños y adolescentes de la comunidad las herramientas necesarias para tener un buen ciclo escolar y liceal.

A partir de que se aprobó el proyecto se formó un equipo técnico, integrado por una asistente social y una educadora social que son las que articulan las necesidades que las instituciones educativas presentan. Ellas analizan las posibilidades y a raíz de ahí se teje una red de contactos para ver qué podemos hacer por ese niño y por su familia.

A nivel escolar resolvimos apoyar especialmente a las mamás de los niños que estaban teniendo dificultades. Se les brindaron talleres de manualidades, higiene y alimentación. Fue algo que les sirvió mucho porque se sintieron involucradas en el funcionamiento escolar. Hoy en día están muy agradecidas por esto. La idea es que las bondades lleguen a los niños y que eso les permita integrarse mejor al aula y tener un mejor desenvolvimiento.

En el liceo nuestro mayor logro fue haber contactado a todos aquellos adolescentes que se habían retirado del sistema educativo, unos 15 adolescentes, para lograr identificar sus intereses y/o motivaciones y así vuelvan a estudiar y generar mejores oportunidades a futuro. Se los contactó telefónicamente y a la mayoría le interesaba un taller de arreglo de motos. Se concretó un curso con ayuda del centro MEC y lo más importante fue que, al finalizar el curso, se le ofreció la posibilidad de reinsertarse nuevamente en el liceo y todos dijeron que sí. Vieron que podían lograr un objetivo y todos se fueron muy contentos con el diploma que obtuvieron. ¡Para nosotros es estupendo que el año que viene vuelvan a clases! Nuestro próximo objetivo es ofrecer una herramienta que les interese a las adolescentes.

Es muy importante que las escuelas trabajen en conjunto con las familias. Necesitamos ese contacto permanente. Lo que hacemos nosotros con este proyecto es tender ese puente. Nuestro gran aprendizaje ha sido que el trabajo compartido es fundamental para la comunidad. Se logran muchos objetivos cuando los esfuerzos se comparten.”