Luján
“Mi hija de 8 años estaba enloquecida con el proyecto. La maestra le preguntó a los niños qué les parecía que necesitaba Campana y ellos resaltaron que en la placita no tenían nada para jugar. Nosotros veíamos que había de todo para hacer en el pueblo pero, cuando ellos dijeron eso, enseguida supimos que teníamos que empezar por ahí."
"A mí me comprometió mucho el proyecto porque también fui niña, crecí en Rosario y no tuve mucha oportunidad de ir a una placita a disfrutar y jugar. Antes de que arreglaramos la plaza los juegos estaban todos rotos y eran un peligro.
Lo primero que hicimos fue juntar cubiertas para hacer el gusano. Fue muy lindo porque muchos niños nos acompañaron a pintar. Estaban todos contentos y deseando tener los juegos. Siempre andaban preguntando cuándo había que pintar o hacer cosas.
¡Estaban muy involucrados!
Los vecinos también lo estaban. Nos decían ‘si precisan pintura, vengan a casa y les doy lo que tengo’. Nosotros vivimos en el campo y con mi marido, que trabaja de tambero, íbamos al arroyo a juntar piedras y arena para traer al parque. Cada uno ayudaba con lo que podía y es algo lindo porque se da una unión entre todo el pueblo. Este proyecto nos unió y es un logro de todos.
Cuando empezamos pensábamos que no lo íbamos a lograr, que era algo muy lejano. Muchas personas nos decían ‘¿Van a perder tiempo en ponerse a hacer eso? ¿No saben que los niños rompen todo?’ Pero antes era antes, ahora los cuidan porque participaron de todo el proceso y es un logro de ellos también. Cada vez que se traía un juego sentían una alegría enorme porque era una espera y una ilusión para ellos.
Todo esto fue muy positivo porque a través de este proyecto se resaltaron valores de unión, amistad, de compartir, ayudar a los demás… ¡Y ahora se llena la plaza! Fue una satisfacción enorme ver todo terminado y eso nos da la alegría y el empujón para seguir adelante. Nuestro deseo a futuro es cumplir con los nuevos objetivos que nos propusimos: inaugurar la cancha de básquet y los juegos saludables.”
