Marcela

"La idea de crear “Las ardillitas del maestro” surgió de manera informal en un cumpleaños. Una de las chicas de la comisión, Leticia Repetto, planteó que tenía esta idea y ahí mismo empezamos. ¡No teníamos idea de todo lo que se nos venía por delante! Vimos la necesidad de un jardín de infantes porque en aquel momento teníamos nenes de uno y dos años que no tenían un lugar para ir. Tenían que esperar cuatro años para ingresar a jardinera. A partir de nuestra necesidad personal vimos que había una necesidad en la comunidad y decidimos ponernos en marcha."

"Seremos cinco o seis caras visibles en el proyecto, pero la cantidad de gente que nos ayuda voluntariamente son como 20 personas.

caif

Si hubieran venido a Conchillas hace unos años, no hubieran encontrado tantas fuerzas vivas trabajando. Son muchas las comisiones que están trabajando en diferentes áreas. Por ejemplo, está la gente de Juventud (liga de Fútbol de Conchillas) que necesita arreglar su sede, o la comisión de padres de la escuela 104 que arregló mucho la escuelita, o las señoras que organizan los Concursos de Mesas de Té hace cuatro años. Hay mucha cosa para hacer en el pueblo y, como es un pueblo chico y siempre dependemos de las mismas personas para conseguir fondos, nos vamos ayudando entre todos.

Nos pasó de salir a buscar donaciones para el bingo y había gente que solo le quedaba un kilo de arroz en la casa y lo donó. ¡Eso es muy valioso! Son gestos que te demuestran que vas por un buen camino. Nosotras nacimos acá y toda nuestra infancia y adolescencia la vivimos acá. Entonces vas viendo cosas que hacen falta. Es tu pueblo y tu gente, y sabés que hay una necesidad. En mi caso, no tengo nenes en etapa de CAIF como ellas pero tengo un sobrino y para mí es súper motivante que él venga con su tuniquín verde y contento porque la maestra le hizo esto o aquello. Antes, con esa edad no tenían a dónde ir.

Creo que el hecho de que tenemos todas un carácter bastante especial y ninguna es conformista fue clave para lograr el objetivo. Además todas tenemos formación: hay docentes, personas con formación en salud... Entonces tenemos otras herramientas a la hora de luchar en una discusión y argumentar para que el proyecto salga adelante. Cuando nos dijeron que nos vendían la casa en 50 mil dólares, salimos como si tuviéramos 70 mil en el banco. ¡Y no teníamos ni un peso! Nos sentamos en la garita a ver qué onda como si fueran dos pesos. Hoy en día, no todas podemos dedicarle el tiempo que nos gustaría, pero nos encanta el proyecto y eso es lo que no nos ha dejado tirar la toalla.

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La verdad es que disfruto mucho de involucrarme en la comunidad y creo que eso empezó en mi casa. Mi madre siempre estuvo dando una mano aunque no nos sobraba nada. Ella cuidaba niños en casa y nunca podía ir a un acto de la escuela ni a nada, pero siempre sabías que no iba porque no podía. Ahora de grande uno lo incorpora. El otro día con las inundaciones en Dolores dimos una mano guardando ropa en cajas. ¡Y mi hijo después jugaba con el amigo a sacar ropa del ropero y guardarla en bolsas! Como había ido a ayudar se quedó con la idea y jugaban a que metían ropa del ropero para ayudar."



Virginia

“Nosotras empezamos por investigar qué era un CAIF y cómo funcionaba, además de buscar un lugar para hacerlo. Después empezamos a ir a reuniones en Montevideo. Me acuerdo que en la primera reunión con Plan CAIF..."