Raquel
"Yo no dudé nunca de mi vocación. Cuando estaba en quinto de liceo ya sabía que quería ser profesora: no sabía si de Física o de Química. Pero venía de una familia de maestros y docentes y eso estaba bastante decidido."
"Tenía la vocación muy marcada y siento que no me gustaría hacer ninguna otra cosa.
Creo que algo que influenció mucho fue que estábamos rodeadas de un grupo muy
lindo y pujante, que tiraba siempre para adelante. Había varios docentes de mucha
energía que hacían todo lo que fuera en beneficio de los alumnos.
En el último año de liceo me decidí por Física y me fui a estudiar profesorado en
Montevideo. Empecé a trabajar y ahí conocí a estas chiquilinas que antes habían sido
mis profesoras. Cuando volví, estábamos en la misma sala y coordinábamos las
actividades juntas. Nos entusiasmábamos mutuamente y cuando surgió lo de las
Olimpíadas dijimos '¡vamos a hacerlo!' Empezó Cristina Banchero, después siguió
Cristina (Araújo) y después fui yo.
Me acuerdo de las reuniones de profesores que teníamos previo al comienzo de las
clases cuando empecé a trabajar. ¡Eran muy lindas! Había un consenso y una
valoración tan grande del que tenías al lado que era impresionante. Y vos decías, 'es un
placer trabajar así'. Así le vas tomando el gusto al trabajo y eso te incentiva a hacer
más y más cosas. Empezás a trabajar con los chiquilines y se forman grupos de trabajo
muy fuertes y muy felices.
Yo creo que la educación de adolescentes es muy linda. Porque uno dice "¡Uy!
Adolescentes... es la edad más brava' y después te encuentran en la calle de grandes y te
saludan contentos a pesar de que fuiste la bruja de Física. Esa devolución es un
momento importante.
Cada año hay una reunión de la Asamblea General de los países participantes de las
Olimpíadas Iberoamericanas de Física donde se proponen locaciones para las
Olimpíadas de los años subsiguientes y en el 2014 se definió que este año serían en
Carmelo porque justo el 2016 marca el Bicentenario de la Ciudad de Carmelo.
En cada país los alumnos se van preparando durante el año y hacen pruebas para ir
clasificando. Hay que tener 17 años o 18 años recién cumplidos y clasifican cuatro
estudiantes de cada país. Participan chicos de todo Latinoamérica, salvo algún país, y
también estudiantes de España y Portugal.
Los padres de los alumnos del liceo están colaborando con todo. También hay una
radio comunitaria que nos está ayudando porque nos hacen entrevistas y la gente se
va enterando de las Olimpíadas. ¡Está toda la máquina en funcionamiento!
Es un evento de mucha importancia porque los chicos hacen unos contactos
impresionantes: son puertas que se abren y contactos que se hacen. En una
comunidad chiquita como Carmelo hay ventajas y desventajas. Por un lado, puede
haber antipatía ante cosas que vienen muy de afuera. Pero, por otro lado, cuando ven
que gente de la propia ciudad está comprometida, la población se empieza a
entusiasmar.
Yo creo que si la comunidad tiene un día de alegría gracias a este evento, estaríamos satisfechas. Cada vez que alguien se ofrece a participar en la organización de alguna forma, buscamos la vuelta para que formen parte del evento. Porque al final, ¡de eso se trata! La idea es que los que vengan de visita se lleven buenos recuerdos y buenas imágenes. La comunidad se está abriendo y todos tenemos algo que podemos ofrecer para que los que nos visiten se puedan llevar."